Porque pertenezco a la sociedad de los fieles cristianos unidos por la fe ortodoxa que siguen las enseñanzas y doctrinas de la Santa Iglesia Católica-Apostólica del Oriente (Ortodoxa), y viven conforme a lo que ella enseña, obedeciendo a sus Pastores en todo lo concerniente a la gloria de Dios y la salvación del alma.
Porque vivo y practico la fe y la virtud en la Santa Iglesia Católica-Apostólica del Oriente. Me hago miembro de ella por medio del Santo Bautismo administrado por sus ministros; asisto a su culto, me acerco a sus sacramentos, escucho la voz de Dios a través de sus sacerdotes, trato de vivir de la Gracia que derrama continuamente sobre todos sus hijos.
Porque amo al verdadero Dios, a Jesucristo y su doctrina, según así lo enseña y predica la Santa Iglesia Católica-Apostólica del Oriente.
Es llamado Ortodoxo el que cree Rectamente (porque la palabra griega "Ortodoxia" significa "Doctrina Recta").
La Tradición Cristiana Ortodoxa es aquella que Cristo fundó. Ella enseña: las verdades que debemos creer firmemente, los deberes que hemos de practicar y los medios que hemos de emplear para santificarnos.
"Iglesia" es la agrupación de todos los cristianos que son bautizados, profesan la Doctrina de Jesucristo, participan de los mismos Sacramentos y obedecen a los Canónicos Sagrados.
Ella es la Depositaria de la Doctrina de Jesucristo y continúa su obra en la tierra. Cristo fundó su Iglesia para enseñar, santificar y salvar a todos los hombres. Su Iglesia permanecerá para siempre porque Cristo prometió estar con ella "hasta el fin de los siglos" y ser su Cabeza invisible.
La Santa Iglesia Católica-Apostólica del Oriente ha mantenido por veinte siglos los mismos sacramentos, las mismas Doctrinas y los mismos Pastores que son los sucesores de los Apóstoles.
Su nombre de Ortodoxa le viene de que Ella cree y enseña correctamente la doctrina de Cristo. Ella se ha mantenido rectamente en la doctrina desde Jesucristo hasta el día de hoy.
Nos llamamos Ortodoxos (o Cristiano Ortodoxo Oriental, o Cristianos del Oriente) porque creemos exactamente lo que los Apóstoles enseñaron.